Este preparado se obtiene de la sangre del propio paciente, que se reimplanta en su cara, cuello y escote, realizando mesoterapia: Es 100% autoinjerto por lo que no hay posibilidad de rechazo. Este plasma activa los fibroblastos, (células de la matriz epidérmica), provocando la formación de Hialurónico, Colágeno y Elastina, que forman el “encofrado” de la piel, y como consecuencia se produce regeneración epidérmica y rejuvenecimiento facial, con disminución de arrugas y mejora de la hidratación y textura de la piel. Tras el tratamiento, el paciente realiza vida normal, sin molestias ni secuelas.

El colágeno es la proteína fibrosa clave del tejido conectivo de la piel y contribuye a proporcionar su textura. El envejecimiento natural y factores como el daño solar, el tabaco, ayudan a romper la capa de colágeno. De tal modo, en la piel, antes lisa, aparecen arrugas. Tras el tratamiento láser, se produce neoformación de colágeno (colágeno nuevo), reconstruyendo las estructuras de la piel.

Serían necesarias, siempre según cada paciente, tres sesiones con intervalo de tres y cuatro semanas y posteriormente dos o tres sesiones al año.

Con el conjunto de estos tratamientos se puede impedir la aparición de forma brusca de claros signos de envejecimiento y cuidados de la estructura dermoepidérmica, y en definitiva la prevención del envejecimiento facial.

En muchos casos y dependiendo de: edad, envejecimiento de piel, prioridades de cada paciente, asociamos: mesoterapia facial, botox, acido hialurónico, vitaminas, peelings y/o rellenos.